Las hernias umbilicales en los bebés son relativamente frecuentes. Se calcula que entre un 10% y un 20% de los bebés menores de 4 años la sufren, siendo este porcentaje mayor en los niños y niñas prematuros.
¿Cuál es la causa de las hernias umbilicales en los bebés?
El cordón umbilical es la tripa que une al feto con la placenta durante las semanas que dura el embarazo. A través de él el bebé recibe todo lo que necesita para desarrollarse correctamente. El cordón pasa a través de las capas musculares en el abdomen del feto. Una vez que el bebé nace el cordón deja de tener esta misión y a los minutos del nacimiento deja de latir.
En este momento, o incluso antes, se pinza, se corta y se deja secar hasta que se cae solo. Podéis consultar el post Cómo cuidar del ombligo del bebé si tenéis alguna duda a este respecto.
Cuando el cordón cae y deja paso al ombligo, lo normal es que el orificio por el que el cordón pasaba entre los abdominales y la fascia se haya cerrado y no de ningún problema más. Pero en algunos casos no se cierra del todo permitiendo a las capas abdominales pasar a través, traduciéndose esto en un bulto a la altura del ombligo del tamaño de una cereza, e incluso mayor, y que es mucho más visible ante un esfuerzo del bebé como el llanto.
¿Cómo son las hernias umbilicales?
Ya os he contado que son unos bultos redondos en el ombligo del bebé. Se diagnostican alrededor de la segunda semana de vida que es cuando el cordón seco suele caerse y es blanda, puede meterse hacia dentro y al bebé no le duele nada.
¿Qué debemos hacer si nuestro bebé tiene una hernia?
Nada. 8 de cada 10 hernias se solucionan solas antes de los 2 años.
Si pasado este tiempo no se cierra la pared abdominal sí suele operarse cuando el niño o la niña tienen 3 o 4 años, a veces se adelanta esta edad si la hernia es muy grande.
La operación es muy sencilla y ambulatoria. Tiene un altísimo porcentaje de éxito y ni siquiera requiere ingreso hospitalario.
No hay literatura científica que demuestre que colocar un garbanzo, una moneda o algo similar metiendo la hernia hacia adentro mejore o solucione la hernia, así como el uso de fajas o de esparadrapo presionándola, pero sí puede ser contraproducente ya que puede limitar los movimientos del bebé e incluso dificultarle la respiración y dañarle la piel con tanto pegar y despegar.
Qué tener en cuenta si nuestro bebé tiene una hernia
La hernia debe ser blandita, móvil y no molestarle nada al bebé. La mayoría de estas hernias cursan así y no hay que darles la menor importancia.
Sin embargo, en algunas ocasiones, sobre todo si son hernias grandes, el intestino puede salirse por la hernia y quedar estrangulado. Los síntomas en este caso serían cambios en el color y la dureza de la hernia, dolor intenso en el bebé e irritabilidad. Si en algún momento la hernia umbilical de nuestro bebé cambiara en lo más mínimo deberíamos acudir a urgencias. Mejor que nos manden a casa si no es nada.
Llegado este extremo sí que sería necesario operar rápidamente.
Fuente:
https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/41.pdf
https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/hernia-umbilical
✅ ¿Cómo saber si mi bebé tiene una hernia en el ombligo?
Si tiene un bultito en el ombligo o el ombligo se le sale hacia fuera seguramente el bebé tenga una hernia. Lo mejor es que acudas al pediatra para que la diagnostique.
✅ ¿Cómo quitar una hernia umbilical en bebés?
No hay nada que hacerle a la hernia salvo esperar a que se cure sola u operarla cuando el bebé tenga 3 o 4 años.
No hay documentación científica que demuestre que apretarla con un garganzo o un botón ayude en nada.
✅ ¿Cómo se cura una hernia en el ombligo?
En el 80% de los casos las hernias umbilicales en los bebés se curan solas antes de los dos años. Pasado este tiempo será un especialista el que decida si es necesario operarla o no.
✅ ¿Cuáles son los síntomas de hernia en el ombligo?
El síntomas más visible es que el bebé tendrá un bulto en el ombligo. Si está blando y no le molesta no tenemos que preocuparnos.
Si cambia de color, se pone dura o le duele al bebé debemos acudir rápidamente a un centro médico para que la valoren.