Hay actos que están en nuestra retina y en nuestro inconsciente como si se nos hubieran enseñado a conciencia. Cuántas veces de pequeñas le habremos dado el biberón a nuestro muñeco y justo después le habremos ayudado a eructar apoyándolo en nuestro hombro dándole golpecitos en su espalda.
Es algo que hemos visto en nuestra infancia, en el cine, en la TV y es un acto que muchas mujeres cercanas, mayores y no tan mayores, nos dicen que hay que hacer tras amamantar a nuestro bebé. Por tanto, ¿cómo ponerlo en duda?
Pues porque hay una diferencia simple pero importantísima: a esos bebés se les hacía eructar después de darles el biberón. Y es que es cierto que tras el bibe, muchas veces el bebé sí que traga aire pero eso en la teta no ocurre.
El bebé de teta no traga aire en las tomas.
¿Por qué? Pues porque la teta no tiene aire dentro y el biberón sí, así de sencillo. Además para poder extraer la leche, el bebé debe realizar un conjunto de movimientos en los que intervienen toda la zona oral, ejerciendo presiones positivas y negativas que hacen que salga la leche, y creando un sellado labial alrededor de la areola que permite que se realice un vacío perfecto en el que no entra aire del exterior y tampoco sale el alimento del interior de la cavidad bucal.
Así que si tras la toma tu bebé está tranquilo, saciado e incluso puede que dormido, no tendrás que ponerte a sacarle los gases porque no los habrá, y ¡esto es una buena noticia! ¡Anda que no da rabia molestar al peque cuando está tan a gustito después de su toma!
¡Pero a veces el bebé sí eructa!
Pues sí, hay situaciones en las que coges al peque, sabes o intuyes que está incómodo y de repente eructa pero ¿cómo es posible si antes hemos dicho que los bebés de teta no tragan aire? Como todo en esta vida, hay excepciones:
- Llanto. A veces pasa que si el bebé llora mucho, especialmente antes de las tomas, traga aire. La pauta para remediarlo pasa por calmar y tranquilizar al bebé. Sí, lo sé, suena fácil aunque luego no siempre lo es, pero ese es otro tema.
- Mal agarre. Es posible que si el bebé no engancha bien el pecho trague aire. Esto puede deberse a que hay un cierre labial algo deficiente, a que hay un frenillo corto que interfiere, a que existe un patrón de succión anómalo debido a la famosa confusión tetina-pezón, etcétera. En ocasiones no hay más problema que ese, el bebé traga algo de aire y no hay más síntomas asociados, pues le ayudamos a que lo expulse y ya está.
- Pequeños atragantamientos con la leche, como por ejemplo los causados por un reflejo de eyección hiperactivo.
Aires por arriba o por abajo
Cuando un bebé presenta flatulencias solemos achacarlas a las tomas, y es que aunque ambos son gases, no son lo mismo. Normalmente si un bebé traga aire por boca, con algo de ayuda, este puede salir casi de inmediato por arriba, cierto es que a veces si no lo expulsan se les acumulan y les pueden llegar a molestar en la zona gastrointestinal. Pero el que un bebé tenga muchos pedetes (por llamarlos finamente, porque de pequeños no suelen tener nada) muchas veces se debe a la propia inmadurez de su sistema digestivo, por lo que los gases en este caso se producen a nivel de estómago e intestinos.
¿Cómo puedo hacer que el bebé no trague aire?
Pues como señalaba más arriba, tratar de no permitir que el bebé llore mucho, pues muchas veces en ese momento tragan bastante aire. Para ello tendremos muy en cuenta las señales tempranas de hambre en el bebé recién nacido y evitaremos en lo posible alimentar al pequeño cuando ya está llorando. Si esto sucede, es mejor calmarlo primero para posteriormente alimentarlo.
Si el bebé realiza lactancia materna, revisaremos el agarre con una asesora de lactancia o con nuestra matrona.
Si el bebé toma biberón, se lo daremos mediante el método Kassing. Despacito, sentado y haciendo pausas. Utilizaremos un biberón específico anticólicos o cuyo flujo de leche sea bajo.
Ayudar a que el bebé expulse los gases
Cuando los gases pueden ser expulsados por boca como pequeños eructos, podemos:
- Colocar al bebé en posición vertical, o bien sentadito sobre nosotros o de pie sobre nuestro hombro. No es necesario golpear la espalda como siempre se nos ha dicho.
- Posición de “El tigre en la rama”. Tumbado sobre nuestro antebrazo, con la tripita hacia abajo o de lado.
Cuando los gases ya le molestan en la tripilla, podemos seguir algunas pautas explicadas en la entrada Cómo calmar a un bebé con cólicos, o bien practicar:
- Posición de “El tigre en la rama”
- Masajes suaves sobre la zona de la barriga.
- Moverle las piernecitas, encogerlas y hacer un pedaleo suavecito con ellas.
Me ha sorprendido leer lo de «no es necesario golpear la espalda», no teniamos ni idea, lo hemos estado haciendo desde que nació Mateo. Además en algunas tomas de bibi no echa erupto y se nos iba la vida insistiendo con los golpecitos.
Es un error muy muy común que todas hemos cometido. No ayudan los comentarios de las abuelas más veteranas que nos dicen que sí se debe de hacer jejeje. Así que bueno, la vida se simplifica un poquitito más.