Cuántas veces habremos oído que a un bebé se le debe de alimentar cada 3 horas.
Da igual si tiene 2 días de vida ó 1 mes, no importa tampoco si está plácidamente dormido o si hace tiempo que el pobre berrea de hambre, se le alimenta a las 3 horas, ni antes ni después.
Estas cosas parecen del siglo pasado pero ¡cuidado! que en la primera revisión de mi hijo recién nacido, la pediatra así nos lo indicó. Esta y varias burradas más que harían llorar al mismísimo niño Jesús (o a Alba Padró en su defecto). No hace falta decir lo que hicimos nada más salir de la consulta, ¿no?
Pero entonces,
¿Cada cúanto se alimenta a un bebé recién nacido?
Tanto si hacemos lactancia materna, como si es artificial o mixta, la lactancia es a demanda, y lo será al menos hasta el año, siendo esta su fuente principal de alimentación. Y a demanda significa que el bebé es alimentado siempre que lo solicita.
¿Cómo saber que un bebé tiene hambre?
Se da por hecho que un bebé recién nacido, que aún no es capaz de comunicarse ni con lenguaje verbal ni con el no verbal, pide todo llorando. Y es cierto que de alguna manera, cuando le pasa algo, llora.
Si tiene el pañal sucio, llora. Si tiene frío, llora. Si quiere brazos, llora. Si tiene hambre, llora. Pero antes de llorar el bebé nos ha indicado de otras formas más sutiles que tiene hambre y son esas las señales a las que debemos de prestar atención porque cuando un bebé llora de hambre significa que ya hemos llegado tarde y en esas condiciones no debemos alimentarlo.
Cuando el bebé tiene hambre, se desencadenan una serie de señales de hambre tempranas y reflejos de pura supervivencia para el recién nacido y son un indicativo claro de que es el momento de amamantarlo:
- Cabecea de un lado a otro.
- Se acerca las manos a la boca e incluso puede que las chupe. Este hecho suele ser un indicativo de hambre a partir de los 2-3 meses.
- Abre la boca y saca la lengua.
- Desencadena el reflejo de búsqueda. Si algo (muselina, sábana, nuestra mano, el pecho, etc) le roza la mejilla acerca sus labios hacia el estímulo.
- Abre los ojos, mostrándose activo.
Es de esta manera como el bebé nos dice que tiene hambre, y somos nosotras quienes debemos de estar atentas a estas señales, tratando de alimentar al pequeño en este momento. Cuando no es así, el bebé se desespera porque no encuentra la comida y termina llorando.
Mi bebé llora de hambre, ¿qué hago?
El llanto es una señal tardía de hambre, en estas condiciones tratar de alimentarlo será difícil y lo más adecuado será primeramente calmarlo para posteriormente darle de comer. Algunas ideas que ayudan a calmar a un bebé que ya está llorando de hambre son: hacer piel con piel, mecerlo, cantarle, introducir uno de nuestros dedos para que mame, ofrecerle un poco de leche extraída, etc.
Y es que cuando un bebé esta llorando y agitándose enfurecido por hambre puede pasar que si lo ponemos al pecho suceda que:
- Cueste hacer un agarre correcto al pecho.
- De tirones en el pezón.
- Trague aire, con las consecuentes molestias gastrointestinales. Esta es una de las pocas razones por las que un bebé de teta traga aire tal y como os contamos en el artículo de «hacer eructar al bebé«.
✅¿Cada cuánto debe de comer un bebé?
La lactancia artificial y materna es a demanda. Esto quiere decir que el bebé come siempre que quiera de día y de noche, sin establecer horarios. Un bebé recién nacido hace entre 8-12 tomas en 24h aproximadamente.
✅¿Cómo saber si el bebé ya no tiene hambre?
La manera correcta de amamantar a un bebé es ofrecerle un pecho, sin limitar la toma. Cuando el bebé se suelta entonces se prueba a ofrecerle el otro pecho, si lo coge se sigue con la toma, si lo rechaza es que no quiere más leche. Si el bebé no tiene hambre se queda tranquilo y relajado, satisfecho. Puede que se duerma habiendo soltado el pecho o enganchado a él, haciendo lo que se conoce como succión no nutritiva (SNN).
✅¿Cómo saber que el bebé tiene hambre?
Hay diferentes señales que así nos lo indican:
– Señales tempranas (¡tengo hambre!): el bebé se mueve, gira la cabeza de un lado a otro, se lleva las manos a la cara y a la boca, abre la boca.
– Señales intermedias (¡tengo mucha hambre!): el bebé se chupa las manos, se estira y se mueve más.
– Señales tardías (¡estoy enfadado!¡cálmame primero!): el bebé llora, se retuerce, enrojece. Evitar llegar a aquí.