Cólico del lactante

Síndrome del cólico del lactante

¿Tu bebé llora a todo pulmón, y no se calma ni contigo ni con tu pareja ni saltando en la pelota de fitness? Ya sabes lo que va a decir el vecino y tu tia-abuela: tiene cólicos.

Pero… ¿qué es en realidad el cólico del lactante?

Definamos primero la palabra cólico cuando se refiere al adulto: ataque doloroso, localizado en intestinos caracterizado por violentos retortijones, ansiedad, dolores y vómitos.

En cambio en el niño: un síndrome conductual de causa desconocida (probablemente multifactorial), que afecta a lactantes sanos, autolimitado a 4 primeros meses de vida que se caracteriza por un llanto inconsolable e irritabilidad (E.Ortega PAéz, D. Barroso Espadero).

¿Cuándo inician los cólicos? y, sobre todo, ¿cuándo acaban?

Se trata de un síndrome ya que hablamos de un conjunto de síntomas muy característicos, que tienen un inicio variable, aproximadamente a los 15 días de nacimiento y un feliz final, a los 3- 4 meses de vida.

Se le denomina “del lactante” por eso mismo, porque coincide con que su
única alimentación es la leche.

No es por tanto una enfermedad . Para su diagnóstico es necesario que se cumplan una serie de factores y , esto es muy importante, que se descarte otro tipo de diagnóstico que sólo un pediatra podría hacernos, es lo a que nos referimos con diagnóstico diferencial.

En ausencia de esas otras causas podríamos hablar de Síndrome del cólico del lactante cuando nos encontramos con un bebé que llora de forma difícilmente consolable, enrojecido y en patrón extensor de forma predominante, puños cerrados.

Estos fatídicos episodios de llanto duran 3 h o más al día por lo menos 3 días a la semana por un periodo de al menos una semana con desarrollo ponderoestatural normal.

En la exploración solemos encontrar un abdomen tenso y distentido . Con frecuencia vendrá acompañado de un patrón excretor alterado (estreñimiento o periodos alternos entre diarrea y estreñimiento…) y meteorismo (gases).

Cólico del lactante

¿Cuál es la causa?

¡Ajá! Pues aquí existen múltiples respuestas y ninguna… de hecho hay profesionales sanitarios que dicen que ni siquiera existe un problema fisiológico en el niño sino que se debe más al temperamento del bebé, al modelo de crianza, incluso a la percepción de la familia.

Me gusta entender que se trata de una respuesta anómala del bebé al estrés que supone el cambio del medio interno al externo. Es decir, no todos los niños, probablemente, reaccionarán igual ante los retortijones, ante la hiperestimulación o la falta de contención… Lo que si es verdad es que cuando analizas adecuadamente el caso y valoras los episodios de
llanto descubrimos que en muchas ocasiones no se cumplen los términos necesarios para hablar de cólico del lactante.

Sacamos la conclusión de que el llanto “ inconsolable” (véase su grado de subjetividad) suele ser tan molesto para los papás que cuesta no calificarlo como eterno.

Pero son otros muchos los casos en los que al realizar una valoración profesional sí que se identifican síntomas que encuadrarían con el concepto que os daba al inicio.

Y las causas siguen siendo muy variadas, desconocidas al 100%. Muy frecuentemente encontraremos cuadros multifactoriales.

Existen estudios que hablan de distintas teorías :

  1. Temperamento del bebé, tipo de crianza, etc.
  2. Técnicas de alimentación, alteraciones del sistema nervioso, flora intestinal alterada…
  3. Alergias o intolerancias alimenticias, inmadurez intestinal…

Os menciono sólo algunas causas para que os hagáis una idea.
Pero cuesta mucho identificar de forma segura y concreta cuál es la que está haciendo sufrir al bebé y a la familia de esta forma. Así que recomiendo que no nos volvamos locos haciendo grandes cambios sobretodo sin el asesoramiento de un profesional, y en especial de forma
prematura.

Os explico, un bebé menos de 15 días está haciendo frente a muchos retos , démosle tiempo antes de cambiarle la leche o el modelo de biberón 5 veces así como de cambiar drásticamente la dieta de la mamá… tampoco soy partidaria del uso de fármacos ni de probióticos o prebióticos de forma indiscriminada, ni siquiera de las famosas infusiones ni homeopatía.

También os digo que hacia la cuarentena se produce una mejoría espontánea por madurez del propio niño.

En el siguiente post os cuento un poco más sobre que se puede hacer de forma respetuosa en todos los casos.

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