A muchas familias se nos ha dado el consejo de que el secador, la campana extractora de la cocina o, incluso, el ruido de una radio mal sintonizada es un aliado estupendo a la hora de calmar a un bebé que está llorando a mares y, también, para ayudarle a dormirse.
A mí este consejo en su día me sonó bastante extraño, pero como mi hija no fue de llorar en exceso y con la teta la dormía sin problemas no indagué mucho al respecto.
Últimamente este consejo ha salido en un par de conversaciones en las que estaba presente. Unas familias hablaban maravillas del truqui y otras afirmaban que era fatal para el bebé. Así que vamos a descubrir qué dice la evidencia científica sobre este tema.
¿Qué es el ruido blanco?
El ruido blanco es un sonido en el cual todas las frecuencias están al mismo volumen, sin destacar una sobre las demás. Gracias a esta particularidad, exponernos a un ruido blanco al suficiente volumen hará que dejemos de escuchar otros ruidos que pudiera haber alrededor.
¿Qué ocurre con los bebés cuando los exponemos al ruido blanco?
Las familias con las que he hablado y que han usado el ruido blanco afirman que sus bebés poco a poco han dejado de llorar al escuchar este sonido y que han llegado a dormirse en algunas ocasiones.
Pero… ¿por qué ocurre esto?
¿Qué dice la ciencia?
En este estudio de 1990, se demostró que los bebés recién nacidos a los que sometieron a ruido blanco se durmieron más rápidamente que los bebés a los que no les pusieron el ruido. Además de dormirse más rápidamente, al monitorizarles el pulso se observó que su ritmo cardíaco bajaba y se relajaban tanto que llegaban a dormirse. Por lo tanto el ruido no les asustaba o generaba estrés.
Sin embargo, en este estudio con ratas de 2017 se observó que las ratas jóvenes sometidas a ruido blanco dos horas a día tenían menos densidad neuronal en el cuerpo geniculado medial. Esto quiere decir que se modificó la atención con la que las ratas escuchaban los estímulos externos.
Es cierto que en adultos sí parece estar indicado para ayudarles a concentrarse y a dormir en el caso de pacientes coronarios en hospitales.
Entonces… ¿qué?
Bueno, pues parece que no hay evidencia científica que afirme categóricamente que el ruido blanco es bueno para los bebés, pero tampoco la hay para mostrarnos lo contrario. Tendremos, pues, que tomar nosotros la decisión de qué hacer al respecto.
Sinceramente, y tratándose de mi hija, yo evitaría usarlo. Quizá en un día concreto de lágrimas desconsoladas, tras asegurarme de que sus necesidades básicas estuvieran cubiertas, acunarla, darle un baño con agua calentita, y cualquier cosa que se me ocurriera para «romper» con la dinámica de llorar, podría usarlo en un momento de desesperación.
Pero, desde luego, nunca lo usaría para dormirla, o entretenerla. Y mucho menos a diario. Que no somos ratas, pero…