No sé quién bautizó a la primera crisis de lactancia con la expresión «La noche de las vacas locas», expresión que no deja indiferente a nadie. A las embarazadas es una expresión que les causa risa, nerviosismo y miedo a partes iguales. Las que lo han vivido, entienden rápido de qué se trata.
¿Cuándo y qué ocurre en la primera crisis de lactancia?
Acabas de dar a luz a tu bebé y con suerte (cada vez más frecuentemente) has podido realizar el piel con piel y el inicio inmediato de vuestra lactancia. Tu bebé nace con el instinto de buscar, encontrar y mamar. A veces cuesta más o menos tiempo, más o menos esfuerzo, pero si todo está bien, termina por suceder.
Después, tras el cansancio extremo de su nacimiento, el bebé entra en un estado de calma y de relajación, de letargo. Suele durar horas y hay que dejar que así sea para tratar de hacer lo mismo, descansar.
Se suele decir que la lactancia materna se da a demanda y así es, pero especialmente en el recién nacido es mejor no descuidarse, de ahí que si se ha optado por el pecho, sea mejor no interferir con chupetes pues estos pueden hacer que el bebé se salte tomas y repercutir gravemente en su salud.
¿Pero qué pasa la segunda noche tras nacer?
Hasta entonces es probable que nos hayamos encontrado con que nuestro bebé es muy tranquilo, dormilón y que quizás incluso hemos debido despertarlo para alimentarlo. Pero a las horas, algo nuevo y extraordinario sucede.
El bebé comienza a demandar más y no hay manera de que se suelte del pecho, llora si no está a la teta y alternamos una tras otra en lo que se convierte en una noche bastante agotadora y extenuante.
Hasta aquí todo es normal. Nuestro cuerpo por la noche segrega más prolactina y para garantizarse una buena producción de leche el día siguiente, el bebé tiene que mamar y estimular más por la noche. Por tanto, todo funciona de manual.
Tanto si somos primerizas como si no lo somos, el problema surge cuando ante esta situación, empezamos a dudar de nuestra capacidad para alimentar a nuestro hijo. A la alta demanda y al llanto del bebé, hay que sumarles que puede que nos sintamos un poco confusas con el batiburrillo hormonal, algo inseguras por sentir la responsabilidad del cuidado principal del recién nacido, y que no vemos nuestros pechos rebosar de leche tal y como quizás pensábamos que iba a suceder.
En esta situación es muy fácil agobiarnos y pensar que el bebé está pasando hambre, y caer por tanto en el error de proporcionar un suplemento de leche de fórmula cuando lo que está pasando es un proceso fisiológico y normal, ¿y cómo sabemos que efectivamente el bebé no está pasando hambre? lo sabremos observando y contabilizando los pañales que moja y mediante el control de peso diario.
“La noche de las vacas locas” se trata de la primera crisis de lactancia sin embargo no se suele hablar de ella, no es de las más conocidas, y es precisamente por ello por lo que a mí sí me gusta comentarla cuando hablo con las mamás que se están preparando para el parto. Una vez más, la información y el saber da el poder de comprender situaciones que de otra manera te podrían confundir.
¿Cuándo aparece la primera crisis de lactancia?
Esta poco conocida crisis surge entre las 30 o 40 horas siguientes a haber dado a luz.
¿Cuánto dura la primera crisis de lactancia?
Esta crisis es corta, dura apenas unas horas, pero es especialmente intensa en la segunda noche de vida del bebé.
A lo largo del desarrollo del bebé habrá te encontrarás con más crisis. Conócelas en los artículos Crisis de lactancia de los 15 días y Crisis de lactancia de los 3 meses